jueves, 28 de febrero de 2013

Pasta al forno / Pasta al horno


Hoy dejo la repostería de lado para traeros un plato italiano... ¡¡¡¡riquísimo!!!!

La receta me la dio una compañera de trabajo de la asociación antimafia en la que trabajé en Palermo. Y diréis... ¿antimafia? ¿en Sicilia, el hogar de la Cosa Nostra? ¡Pues síiiiiiiiiii! Fue una experiencia genial donde aprendí un montón de cosas sobre la mafia; aunque tenía sus momentos de bajón cuando empecé a darme cuenta del mal que son capaces de hacer.

Estuve "trabajando" allí durante seis meses gracias al Servicio de Voluntariado Europeo. Y lo digo entre comillas porque el descontrol que tenían era bestial. Y aunque estoy súper agradecida de haber tenido la oportunidad de pertenecer a una asociación así (además, siempre que se lo comento a alguien le despierta muchísima curiosidad y es un tema genial para las entrevistas de trabajo), sí que me dejó un poco que desear porque siento que me podían haber enseñado más cosas.


En fin. La asociación donde trabajé se llama Libera. Associazioni, nomi e numeri contro le mafie y entre las varias acciones que hacen, una de ellas consiste en vender productos agrícolas de las tierras que el Estado italiano confisca a la mafia (sí, es súper interesante, pero no me puedo parar a explicarlo todo que si no estoy hasta mañana!! :P). Así que la primera de las veces que volví a España desde Palermo, compré varios paquetes de pasta biológica de los que ellos venden para mi familia. Y ahí fue cuando me dio la receta mi compañera.
 

Así son los paquetes de pasta de Libera. Antes eran más bonitos, pero decidieron - erroneamente, en mi opinión - cambiarlos.


Esta receta se cocina con anneletti, que es un tipo de pasta típica de Palermo que, al menos, aquí en Málaga no la he encontrado. Son como anillos pequeños (de ahí su nombre).


Anneletti (esta foto la he sacado de internet)

Como ya no me quedaban, usé caserecce que es otro tipo de pasta que venden en mi asociación y que, si no me equivoco, aquí puede encontrarse en el Carrefour. Es así como una pasta enrolladita y con el signo de infinito en cada borde.


En realidad, cualquier tipo de pasta viene bien para este plato (salvo los espaguetis o los tallarines), y se puede preparar perfectamente con macarrones o fusilli.



Aquí os dejo los ingredientes para 4 - 6 personas:


· 250 g de pasta
· Una berenjena grandecilla (la que yo compré pesaba 300 g por si os sirve de referencia)
· 300 g de pechuga de pavo (o jamón de york, lo que os guste más)
· Dos bolas de mozzarella
· Un bote de salsa boloñesa
· Bechamel
· Queso para gratinar


¡Veréis que receta más fácil y más rápida!

Calentamos el agua para la pasta, y el aceite en una sartén para las berenjenas. Empezamos a cortar en rodajas las berenjenas.


 Mientras la pasta se hace, podemos ir friendo las berenjenas:



Cuando la pasta esté lista, la mezclamos con la salsa boloñesa y formamos la primera capa en la bandeja de hornear. En la receta que me dijo mi compañera, ella también le añadía guisantes a la salsa, pero como a mí no me gustan, prefiero no echarlos. (Sobra decir que si se enterara de que mi salsa boloñesa es de bote y no hecha en casa, dejaría de hablarme de por vida).
 

Precalentamos el horno a 200º. Cuando las berenjenas estén listas, las ponemos primero en un papel de cocina para que absorba el aceite y formamos con ellas la segunda capa:



Tapamos las berenjenas con el pavo y a éste le ponemos por encima la mozzarella. No importa que la mozzarella no cubra todo el pavo porque con el calor del horno se extenderá un poco:

 

Ya por último, nos queda tapar la última capa con bechamel y cubrirla de queso para gratinar. Yo, que soy súper quesera, suelo echar hasta tres bolsas de queso para gratinar (de 200 gr. cada una), pero como mi familia no comparte ese amor incondicional, esta vez me tuve que conformar con echar una y media :(.


Parte del queso y la bechamel

Lo metemos en el horno durante 10 - 15 minutos y ya tenemos un plato súper rico :D




Aquí me tenéis que perdonar porque se me olvidó echar una foto de una de las porciones, para que veáis como queda. ¡Pero es que está súper bueno! Es abrir el horno y que el olor al queso gratinado inunde la cocina, la boca empieza a hacerse agua y quieres darle un bocado ¡ya!


La primera vez que hice este plato fue con mi novio y siempre me acordaré del momento en el que lo probamos. Mantuvimos durante casi un minuto una convesación que fue algo así como.... "Mmm... qué bueno", "Dios, qué rico", "J**** con el queso", "Mmm...", "Puf, ¿pero has probado todo a la vez?", "Creo que no. A ver... mmmm". Y no exagero. Nos faltó llorar jajaja.



Por eso os animo a que hagáis este plato, porque de verdad que está muy, muy, muy rico. Además, ¡así entenderéis por qué se me olvidó echar la foto!


Como anécdota, os cuento que el año pasado quedé la segunda con este plato en un concurso de cocina italiana que organizó la Escuela Oficial de Idiomas de Málaga :).




Y para terminar mi publicación de hoy, os dejo con las últimas galletas que he hecho de fondant:





Aquí hice un experimiento mezclando dos colores diferentes



¿Qué os parecen? ¡A mí me encanta como poco a poco voy mejorando! ^^

viernes, 22 de febrero de 2013

Cupcakes y buttercream de chocolate blanco


Otra vez podría empezar una publicación con la cantinela de que no tengo tiempo para nada. No sé cómo lo hago, de verdad. Mi idea era escribir al menos cuatro entradas seguidas de lo que hice este finde pero, nada, no hay manera. Y me da mucho coraje, porque quiero ser constante y publicar cada semana varias veces. Me haría mucha ilusión empezar a tener seguidores, que haya personas que cocinen mis cosas; ir haciéndome un huequito, en definitiva. Y aunque sé que eso requiere su tiempo, ¡¡me lo tengo que currar!!

Hoy os traigo otra cosa muy, muy fácil que hice este finde: cupcakes de chocolate blanco con buttercream de chocolate blanco que, aunque suene muy empalagoso, ¡no lo es para nada! 





Como era un regalillo de San Valentín, quise preparar unos cupcakes "especiales", como los que vi en este video de YouTube

 
Y estos fueron los ingredientes que usé:
· 125 gr. de mantequilla
· 125 gr. de azúcar glas
· 2 huevos tamaño M
· 1 cucharada de azúcar avainillado
· 125 gr. de harina
· 1 cucharadita de levadura
· 75 gr. de chocolate blanco
· 1 cucharada de leche


Para la buttercream:
· 200 gr. de mantequilla 
· 200 gr. de azúcar glass
· 100 gr. de chocolate blanco
· 1 cucharada de extracto de vainilla
· 1 cucharada de leche        

Mezclamos en un bol la mantequilla a temperatura ambiente con los dos tipos de azúcar ya tamizados. Añadimos los huevos uno a uno y batimos hasta que esté todo bien mezclado. Tamizamos la harina junto a la levadura y las echamos a la mezcla. Por último, rallamos el chocolate blanco (como yo lo que compré fue una tableta, la ralle con un cuchillo y la partí también en trocitos pequeños), añadimos el chorrito de leche y lo terminamos de mezclar.


Para la buttercream, ya sabéis que tenéis que mezclar la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar glas ya tamizado, la cucharada de extracto de vainilla y la de leche. Ahora, ¡¡atención!! el chocolate blanco tenéis que rallarlo muy, pero que muy bien. Yo lo hice, pero también eché trocitos de chocolate... ay... ¡insensata de mí! ¿Resultado? ¡Se me atascó la manga pastelera! Los trocitos taponaron la boquilla y no había manera de que la buttercream saliera.

El único cupcake que logré decorar sin problemas (aún así, parando casi a cada rato por culpa de los trocitos)

Aquí el taponamiento había llegado a unos extremos que la buttercrea salía a rachas

Total, que tuve que tomar una media drástica y quitar la boquilla. Menos mal que me había dado por ponerle un adaptador a la manga, y con el mismo adaptador decoré en plan rústico:
Sólo pongo estos dos ejemplos porque no me sisento nada orgullosa jajajajja



¿Y recordáis el famoso Pastel de Madeira? (sí, otra vez os pregunto jajajaj). Pues antes de desmigajarlo para hacer los cupcakes, con un cortador pequeño en forma de corazón fui separando trocitos de bizcocho.


Está un poco rosado porque usé uno de los colorantes de la marca Wilton. Lo mezclé justo al principio, con la mantequilla, y la masa final del pastel de Madeira cogió un color rosa pastel, que yo pensaba que sería suficiente. Pero no lo fue :(.

Tal y como veis en el video, el bizcocho en forma de corazón hay que volverlo a hornear junto a la masa del cupcake. Mi cortador no era tan pequeño como el que se ve en el video, por lo que acabó sobresaliendo un poco por la parte de arriba del cupcake.

Aquí os dejo un par de fotos para que veáis el resultado:


¿Véis el corazón? Yo tampoco jajaja

Quizás aquí si se aprecia un poco mejor...


En definitiva, está claro que igual que el del video no me quedó, pero como sé en qué partes he fallado, seguro que para la próxima doy en el clavo :D.


domingo, 17 de febrero de 2013

Cakepops de chocolate blanco


¡Hola de nuevo!

Me he dado cuenta de que ayer escribí tan, tan rápido mi publicación, ¡que no os pregunté nada sobre San Valentín! Para mí, la verdad, es un día más, aunque siempre intento regalarle alguna cosilla a mi pareja. Este año, sin embargo, me ha pillado el toro totalmente y no le he hecho nada... así que para compensar, le he cocinado este finde cupcakes y cakepops de chocolate blanco, que es su ingrediente favorito. 
 



Era la primera vez que preparo cakepops ¡¡y me han encantado!! Seguí los consejos de esta página: http://www.cakepops.es/lo_mas_basico_1.html y es súper fácil de hacer. ¿Recordáis el Pastel de Madeira que os puse ayer? Sí, sí, este:


  
¡Pues tuve que romperlo en mil pedacitos para hacer los cakepops! (ahora más abajo os enseño una foto). Se puede hacer con las manos o ayudándonos de un tenedor. Lo importante es que el bizcocho se desmigue completamente.


Una vez está hecho miguitas, yo le añadí 120 gr. de queso Philadelphia y 150 gr. de azúcar glas tamizado (en la revista que seguí decía 75 gr. de crema de queso, pero a mí me pareció muy poco). Mezclamos todo bien y ya tenemos nuestra masa para los cakepops :).

Esta es la foto que os comenté más arriba. Mi bizcocho destrozado.

Separamos un poco de masa con la ayuda de una cuchara y la trabajamos con las manos hasta formar una bola de unos tres centímetros. Las ponemos en una bandeja y las dejamos en el frigorífico varias horas (yo las puse sólo una hora y fue suficiente).


Para el chocolate que lo cubre, yo compré un tupper de chocolate blanco que venden en La Casita Dulce de las Flores por 3,50 euros:



Calentamos el chocolate en el microondas unos tres minutos y lo removemos. Mojamos en el chocolate la punta de uno de los palitos que vamos a usar como soporte y lo insertamos dentro de una de las bolas, con cuidado de que no se rompan. Aquí es muy normal que varias de las bolas se os deshagan, sobre todo si sois primerizas como yo.

Uno de los cakepops que conseguí que no se rompieran

Ahora, llega lo más sencillo. Introducimos la bola dentro del chocolate y la cubrimos entera. Giramos la bola a medida que se va levantando para facilitar que caiga el exceso de líquido. Os recomiendo que tengáis espuma de poliestireno o algún soporte donde podáis dejar los cakepops mientras terminan de secarse. Como yo no tenía, tuve que tenerlos cogido durante un ratillo para esperar que se secaran, o usar las manos de mi prima y de mi novio como soporte, para poder seguir haciendo más cakepops jaja.


Poco antes de que se sequen completamente, podemos echarle sprinkles para que se queden pegados. Y, ¡hala!, a comer :D



Yo hice cerca de 30 bolitas, pero entre las que se rompieron y las que nos comimos mientras se hacían... al final sólo quedaron como 16 o así... os lo prometo, ¡están buenísimas! Además, es un vicio, pruebas una y ya quieres comerte la segunda, ¡qué ricas que están!




Para conservarlas, lo mejor es que las metáis en un tupper dentro de la nevera (eso es lo que he hecho yo) y así os durarán más días. Pero vamos, que ya os digo que antes os las comeréis, ¡¡seguro!! :P


Un cakepop súper discreto


Desde aquí, os animo a que probéis a hacerlo. Para mí, es mucho más fácil y menos laborioso que unos cupcakes y saben... mmmmm... Creo que lo he dicho cuatro veces ya por lo menos, ¡pero están súper buenos!


sábado, 16 de febrero de 2013

Pastel de Madeira


¡Hola!


Este finde, aprovechando que mis padres están fuera, ¡he cocinado un montón de cosillas! ^^ Para que no se haga muy pesado, voy a ir publicándolo poco a poco.Lo primero que he hecho ha sido un Pastel de Madeira, que es súper sencillo y súper rico. Para hacerlo, he seguido los pasos de la colección "Pastelería creativa" de Planeta de Agostini. Aunque en el original también aparecía la ralladura de un limón y medio, estos son los ingredientes que yo he usado:


· 200 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
· 200 gr. de azúcar glas tamizado

· 3 huevos tamaño L
· 300 gr. de harina
· Una cucharada de levadura


Batimos la mantequilla y el azúcar glas hasta que la mezcla quede esponjosa y de color pálido. Añadimos los huevos uno a uno y seguimos batiendo unos minutos más. Tamizamos la harina con la levadura y las añadimos sin dejar de batir. (Yo suelo precalentar el horno antes de añadir la harina porque tamizarla y conseguir que sea absorbida por la masa me lleva su tiempo...)
 

Por último, horneamos al bizcocho entre 60 y 80 minutos. No os podéis olvidar de pinchar el centro del pastel con un palillo: si sale limpio, es que el bizcocho está listo.
¡Mi pastel de Madeira!






Este bizcocho me sirvió para hacer cupcakes y cakepops. Mañana os lo cuento, que seguro que os va a encantar :)

viernes, 8 de febrero de 2013

curso en La casita dulce de las flores

¡Hola!


Hoy os voy a hablar del curso de galletas que hice ayer en 'La casita dulce de las flores', una tienda situada en la calle Saint Exupery, 16, aquí en Málaga. Por si os interesa, dan un montón de cursos  súper chulos (los de Wilton y todo entre ellos), y los podéis encontrar en su tienda online: http://www.lacasitadulcedelasflores.com/. Actualmente tienen los cursos online a mitad de precio y uno presencial de galletas, que es el que yo he hecho :).


Además, la tienda física es un pasón; yo la primera vez que entré me enamoré, porque tienen DE TODO: cortadores, colorantes, aromas, fondant, sprinkles... Cada vez que entro me acabo comprando algo, por lo que por el bien de mi economía intento ir muuuuucho menos de lo que me gustaría.


¡Pero hablemos del curso!



La mesa de trabajo ^^


Empezamos el curso sobre las 16.20 horas y eramos ocho alumnas y un alumno. La profesora, Mariló, fue un encanto y me da un montón de envidia porque se ha formado en varios países y sabe muchísimas cosas.

¡La profe súper concentrada!

El curso duró cuatro horas (con una pequeña pausa con café incluido) y en mi opinión fue súper teórico, porque para decorar las galletas sólo tuvimos una hora. Además, como casi siempre estoy mirando videos y blog, muchas cosas de las que dijo yo ya las sabía. Pero claro, también el nivel de los nueve alumnos era diferente (desde personas que no sabían nada hasta algunas a las que les hacían pedidos y así), por lo que entiendo que era difícil contentar a todos.


De todas formas, no me arrepiento de haberlo hecho porque nos enseñó a hacer la glasa con albúmina, que no es más que la clara de huevo deshidratada, pero con la que se elimina la sombra de la salmonella. Ya comenté en un post anterior que quería comenzar a hacer la glasa sin utilizar clara de huevo y, pese a que he visto ya varias veces en internet cómo se hace, quería que alguien lo hiciera delante de mí.

Por otro lado, nos enseñó a hacer una Rapunzel con fondant y eso me encantó :). Ya sabéis que mi asignatura pendiente es el fondant (bueno, el fondant y tantas cosas), por lo que cualquier cosa que me enseñen, me viene genial :D. Tengo una primilla a la que le encanta, así que ya tengo regalo para su cumple (que es el mes que viene).

 
¡¡¡Rapunzel!!! :D

Pero la pega fue la que os he dicho: que tuvimos una hora escasa para decorar galletas y sólo en hacer la Rapunzel casi que estuve más de media hora. Las otras tres galletas tuve que hacerlas casi corriendo y por eso hay dos que tienen prácticamente los mismos colores. La mesa fue un poco caótica, como cada alumno estaba inmerso en su trabajo, se pedían los materiales en voz alta y repetidas veces si no contestaban; sólo había un cortador de cada forma y cada uno estaba en una punta de la mesa; la mayoría del fondant era blanco y tuve que teñir en color carne, marrón, verde y azul, lo que me tomó su tiempo; la glasa también había que teñirla y/o echarle agua... por todo esto, una hora me pareció súper insuficiente.

También tengo que reconocer que mi curso perfecto sería uno en el que tan sólo decoráramos y decoráramos sin parar. Por mi situación personal (básicamente que vivo con mis padres), no puedo monopolizar la cocina y tirarme horas probando cosas; por eso no me gusta que en un curso me digan teoría que puedo encontrar fácilmente por internet, sino que me enseñen y me dejen probar mil cosas nuevas.

Mis cuatro galletas


Por ello, estoy deseando hacer muchísimos más cursos. Cuanto más aprendo, más quiero saber, ¡A ver si me sale por fin un trabajillo apañao que me permitiera pagármelos!





¡Gracias por leerme! ;)